
Los gringos las llaman Arcades, nosotros las llamabamos Maquinitas, llegaron a Colombia en la primera mitad de los 80s y marcaron la juventud de aquellos que pertenecemos a la generacion de la guayaba, no eran mas que maquinas de video juegos que funcionaban con monedas y que hoy en dia estan practicamente olvidadas gracias a la penetracion que tienen los computadores personales y los aburridos sistemas de vidojuegos de hoy (Play Station, Xbox, etc).
La primera maquinita que vi en mi vida fue en Barrancabermeja, no era mas que un Atari 2600 y una pantalla de televisor todo metido dentro de una caja de madera probablemente hecha por algun carpintero del pueblo, pero en esa epoca todos quedamos deslumbrados, no podiamos creer que tuvieramos al frente una maquina para jugar muy similar a lo que salia en el programa diario de TV llamado Telectronico.
Mi carrera como maquinitero al comienzo no fue muy fructifera ya que de niño no me especialice en ningun juego, eso si me divertia mucho en una combinacion de la diversion que proporcionaba el juego en si mas la adrenalina de estar haciendo algo prohibido porque nuestros padres no nos dejaban acercanos a menos de 100 metros de esos lugares llenos de vagos y viciosos. Las primeras maquinitas serias que vi y en las que perdi muchisimo tiempo fueron las de marcianitos y pacman con un estilo de mesita y donde un jugador se hacia a cada lado, la pantalla magicamente se invertia alternadamente cada vez que el otro jugador tenia su turno. Jugue Donkey Kong, Galaga, "Aguilas" (no recuerdo su nombre original), Mrs. Pacman, Mario Bros 1 y muchos otros juegos que llegaban a las salas de maquinitas de mi gloriosa ciudad natal. Cabe recordar que dichas salas solo contaban con 3 o 4 maquinas y uno metia su moneda y esperaba juiciosamente su turno.
En la segunda mitad de los 80s me fui a vivir a Bogota y conoci el cielo de las maquinitas, el Uniplay en Unicentro. Alli pase muchisimas tardes luego de salir de clases de la universidad y comence a tomarme en serio lo de las maquinitas a tal punto que fui el rey de dos de ellas. Ser el rey de una maquinita era como ser un pequeño dios para los que en ella jugaban, uno era el mejor jugador que la frecuentaba y tenia sus iniciales en todos los records, los otros nerds lo admiraban a uno. Y fue el rey de 2 de ellas, la primera era de un juego de Sega llamado Golden Axe que realmente no fue muy popular pero en mi opinion uno de los mejores arcades jamas hecho. Uno era un guerrero y tenia mil aventuras, tal vez me engomo el juego por la literatura que leia en esa epoca y porque estaba haciendo mis pinitos en juegos de rol (aunque afortunadamente nunca entro la goma del todo). La maquina de Golden Axe no era como las otras, no permanecia muy llena y solo la jugaban uno que otro nerd, habia la posibilidad de meterle otra moneda y continuar cuando a uno lo mataban asi que no era de las que la gente metia monedas en forma adelantada para coger turno, todo se basaba en respeto y uno esperaba a que el jugador terminara y liberara la maquina, de todas formas como no era tan popular normalmente no habia nadie esperando y cuando habia alguien la persona estaba tan feliz de ver otro jugador que pacientemente lo miraba jugar para aprender trucos nuevos o para mentalmente burlarse de lo novato y buñuelo del que estaba jugando.
La otra maquina de la que era el rey si era bien popular, un juego tambien de Sega llamado Out Run que practicamente todo el mundo conoce, el del Ferrari, muy adelantado para su epoca ya que no solo tenia cambios (primera y segunda), acelerador y freno, sino que el volante vibraba cuando uno se salia de la pista. Yo fui el dios de ese juego, yo era respetado el Uniplay y cada vez que me aproximaba a la maquina otros nerds comenzaban a murmurar y poco a poco se acercaban para verme jugar. Lo jugue tanto que casi nunca cometia errores, cruzaba el juego completo con mucha tranquilidad y con una ejecucion impecable, controlaba la cabrilla con la mano izquierda y los cambios con la derecha, bajaba la velocidad a punta de caja y sabia los momentos justos en que habia que dejar de acelerar y cuando habia que volver a darle gasolina al Ferrari, la mona que lo acompañaba a uno de pasajera nunca salia a volar, el volante nunca vibraba por mas de un segundo que era cuando las llantas tocaban el borde de la carretera pero que mi amplia experiencia me habia permitido deducir que era necesario para optimizar esas curvas pronunciadas. 5 o 10 personas alrededor mirandome correr como Montoya en sus mejores tiempos, por esos 5 minutos yo me sentia en el cielo. Cuando llegaba al final y si habia logrado romper mis propios records ponia mis iniciales FSR las cuales ya estaban alli multiples veces; algunas veces uno de los nerds poco experimentado que estaba viendome por primera vez soltaba un "es el ... " mientras el amigo nerd mas experto le decia "es la primera vez que lo ve jugar?".
Dios bendiga a Uniplay y a Sega porque gracias a ellos tengo recuerdos de unos minutos al dia donde era un heroe.